lunes, 28 de julio de 2008

¿Son incompatibles la cerveza y el cine?



Como dentro de poco me voy de vacaciones de verano y no se si este blog va a seguir funcionando, quiero hacer una aportación, esperando que no sea la última.


Cuando se oye la palabra "verano" hay muchas cosas que acuden a la cabeza de uno. Por ejemplo, vacaciones, calor, helado y por supuesto, cerveza. Con el permiso de Delirium, voy a comentar la relación entre el cine y la refrescante y sabrosa bebida. Y en opinión de este amante de la cerveza, desgraciadamente es una relación bastante pobre.


Si me hubiera decidido a hacer una entrada sobre cine y vino lo habría tenido bastante fácil. Tanto, que probablemente me habría dado para más de un post. El mundo del vino en sus diferentes facetas, desde su elaboración hasta su venta, ha sido reflejado generosamente por el séptimo arte. A bote pronto se me ocurren las siguientes películas: "Entre copas", "Un paseo entre las nubes", "Un buen año" o "French Kiss", "Esta tierra es mía" y "Sangre y vino". Adicionalmente, hay un montón de películas en las que el vino aparece como un toque de distinción o clase. ¿Quién no ha deseado alguna vez pedir una botella de Dom Perignon del 53?
Pero ¿Y la cerveza? No digo que no haya películas en las que la cerveza haya tomado un cierto papel estelar. Sin embargo, al contrario de lo que ha pasado con el vino, creo que no hay ninguna cinta famosa en la que veamos la pasión depositada en el proceso del malteado y la subsiguiente fermentación. Ni el reposo reflexivo de su maduración. O ningún romance, tormentoso o gracioso, que transcurra entre campos de cebada. Ni recorridos entrañables entre las microcervecerias de Bélgica.


Por supuesto, si uno busca por internet bajo las palabras clave "beer and movies", encontrará una lista de sitios con películas en las que el dorado líquido tiene un cierto protagonismo. Una de las primeras páginas se titula "Top 10 Beer Movies". Y bajo tan sugestivo título se encontrará con las siguientes:


1. The Fatal Glass of Beer (1933)
2. Three Little Beers (1935)
3. The Lost Weekend (1945)
4. Leaving Las Vegas (1995)
5. National Lampoon's Animal House (1978)
6. Terciopelo Azul Blue Velvet (1986)
7. Los caraduras. Smokey And The Bandit (1977)
8. Beer (1985)
9. American Beer (2004)
10. Entre copas. Sideways (2004)


Cuando leí la lista me entró una profunda depresión. En dicha lista hay dos películas que tratan del alcoholismo. Otra está protagonizada por un psicópata que no le gusta la Heineken y prefiere la Pabst Blue Ribbon. En aquellas que aparece "beer" en el título, dos son comedias de los años 30 y las otras dos son documentales. ¡Incluso hay una que trata del vino y no de la cerveza! Ya puestos, podríamos incluir en la lista "Gangs of New York" porque una de las bandas tiene su guarida en una fábrica de cerveza.





Pero justo es reconocerlo, la cerveza tiene menos protagonismo que el vino en el cine. Si bien es cierto que cuando suele aparecer lo hace para intentar reflejar la amistad o la camaradería. El epítome de ese tipo de películas es sin duda "El hombre tranquilo" de John Ford. Una gran parte de la película transcurre alrededor del pub de Innisfree y el apoteosis es la pinta compartida en medio de la lucha entre Sean Thorton y Will Danaher.




Hay otros grandes momentos de amistad cervecera como por ejemplo la escena del techo en "Cadena perpetua". Pocas veces se ha representado tan bien lo que significa una cerveza fría en un día de calor




Otros episodios cinematográficos en que la cerveza es imprescindible es cuando hay un gran banquete, sobre todo si se desarrolla en la época medieval. Los cuernos rebosantes de espuma no pueden faltar en dichas comidas pantagruélicas. En ese caso, mi escena predilecta es el banquete que se desarrolla en la película "Los vikingos". Para mi es inolvidable el momento en que Kirk Douglas sustituye en el lanzamiento de hachas al marido cornudo.





Pero si de historia y cerveza hablamos, creo que la secuencia más curiosa es una que pertenece a "Sinuhé, el egipcio". En un determinado momento Sinuhé tiene una conversación con la madre del faraón, la cual se nos muestra bebiendo cerveza. Sinuhé incluso llega a advertirle sobre el nocivo efecto que tiene su abuso.




Y para terminar, una película en la que se habla de uno de los componentes esenciales de la cerveza pero en el que generalmente no pensamos. Se trata de el lúpulo, y la cosecha de dicha planta viene reflejada en la película "La insoportable levedad del ser". Creo que es la única vez que dicho proceso está reflejado en una obra cinematográfica.




Nada más, que disfrutéis del verano y de la cerveza fresquita, si es que dicha bebida os gusta.


¡Salud!

sábado, 19 de julio de 2008

Crítica: Sweeney Todd

Por si alguien tenía ciertas dudas, este blog todavía vive. Poco, hay que reconocerlo y conectado a unas cuantas máquinas que le dan el soporte vital. Si esta es una bella forma de autocalificarme máquina es algo que dejo a su elección. Y también si eso es bueno (como en Cortocircuito) o malo (como en Terminator).

El caso es que en pleno debate acerca de la eutanasia activa o pasiva, me pregunto (y así lo he hecho a través de los canales secretos de los que disponemos) si no será mejor dar muerte a tan bello e histórico blog. Pero bueno, eso lo dejaré para la discusión interna. Y ya informaremos a los lectores habituales... si es que queda alguno.

De momento vamos haciendo marcha con las últimas entradas: una buenísima del Major Reisman. Y esta modesta crítica del último producto de videoclub: Sweeney Todd, la última fantasía de Tim Burton, a quien en este blog se le ha dedicado bastante espacio. Sin más les dejo ya con:

Sweeney Todd (The Demon Barber of Fleet Street)

Director: Tim Burton.
Guión: John Logan, Stephen Sondheim (obra de teatro).
Actores: Johnny Depp, Helena Bonham Carter, Alan Rickman, Timothy Spall.
Año: 2007.

Sinopsis

Londres, principios de la era industrial. Un misterioso barbero llamado Sweeney Todd (Jonnhy Deep) ha llegado a la ciudad. Sólo tiene un objetivo: recuperar su vida, arrebatada quince años antes por el malvado juez John Turpin (Alan Rickman) quien, enamorado de la preciosa, preciosa mujer del barbero ha acusado y encarcelado al infeliz afeitador. En busca de venganza, Sweeney conocerá a la intrigante Sra. Lovett (Helena Bonham Carter). Juntos tratarán de arrebatar la vida al magistrado. Y si, mientras tanto pueden ir vaciando la sobrepoblada ciudad de habitantes, mejor que mejor. Todo ello, se me olvidaba, a ritmo de musical. ¿Lo conseguirán o se perderán entre tanto baile?. ¡Qué intriga!

Opinión

Vale, dado que Tim Burton es del tipo de directores que sueles amar u odiar, me veo en la obligación de confesar: a mi no me gusta Tim Burton. Está claro que tiene un sello característico, que imprime sobre cada uno de sus películas y personajes. Y no me gusta. Me parece cursi hasta para rebanar cuellos. Que es de lo que va la cosa.

Porque se rebanan muchos cuellos sí. Más que en Sleepy Hollow y a la par que cualquiera de Tarantino. Así que no crean que esto es cine familiar. Tiene la película humor, pero negro, y es de lo que más se agradece. La primera canción de la señora Lovett es desternillante y el doblaje se esfuerza lo bastante como para mantenernos enterados de las bromas. (Lástima no saber más inglés para apreciarlo mejor).

Como también es un drama, la película intenta conmovernos. Ahí ya no llega, o es que yo soy muy frío. El joven Anthony (Jamie Campbell) cantando a la preciosa preciosa hija del protagonista alcanza cotas altas en ridículo. Así que también nos valió para echarnos unas risas. (También es que somos muy machotes).

La historia en sí no está mal. Y es un musical, musical, no como las pelis de Disney en las que de vez en cuando cantan. Aquí cantan siempre. Y que un tío tan aficionado a la acción porque sí, como yo, lo soporte ya es buen mérito. Como he dicho antes, los subtítulos no chirrían mucho (al menos para mi moderado inglés). Y olvídense de vistosas coreografías: no existen. La cosa consiste en cantar mientras ponen cara de alucinados. Las única excepción es el baile que se pegan el barbero resentido y la panadera cuando deciden abrir el chiringuito (y modelo de negocio).

La película, por cierto, es adaptación de un musical, que a su vez recoge la leyenda negra de Londres según la cual un tenebroso barbero y su compañera se aliaban: el uno para asesinar a los clientes con sus navajas y la otra para servirlos en deliciosas empanadas. La cosa no tiene mucho trellado y lo más posible es que sea una leyenda urbana del siglo XIX. Pero en el ambiente en que te sumerge Tim Burton, que los almas siniestras de Todd y Lovett se unan para hacer justicia con el asqueroso mundo es de lo más normal. Se veía venir, que dice mi hermano.

Visto lo visto, la cosa termina como debía terminar, al modo de cuento de hadas (malignas esta vez) de Tim Burton. Johny Deep está perfecto en su papel, porque es muy bueno poniendo cara de alucinado. Del resto destacaría a los malos, Alan Rickman y Timothy Spall. Este último, por cierto, fue correctamente identificado por mi hermano como Colagusano (o Cuapelada o Wormtail): uno de los fijos de las pelis de Harry Potter. También, como curiosidad, podemos ver en la película a Sacha Baron Cohen, más conocido como Borat o Ali G. Si su hermano (Erran Baron Cohen) hubiera compuesto alguna canción la cosa habría sido divertida. Como lo fue el infame himno de Kazajstán.

En fin, una película muy sencillita para pasar un buen rato, siempre que toleren (o admiren) el estilo un tanto relamido de su director.

Lo mejor: sin duda las canciones de la señora Lovett.
Lo peor: las canciones del joven Anthony, enamorado de la guapa hija del barbero. Todos hemos sido jóvenes y medio lelos, pero este lleva el sello Burton.
Mi opinión: pues a mí me ha gustado. Por lo dicho y pese a lo dicho.

sábado, 12 de julio de 2008

Harry Palmer, la cara B de 007




En 1965 se estrenaba "Operación Trueno", la cuarta entrega de la saga del más famoso espía del celuloide y la más exitosa. En ese mismo año, también llego a las pantallas el primer título basado en las aventuras de otro miembro del Servicio Secreto de Su Majestad. Se trataba del agente Harry Palmer y la película se titulaba: "The IPCRESS File"


La saga del espía Harry Palmer es la segunda más larga del celuloide después de la del agente 007. Su última película es de 1996. Es decir, 31 años de duración. Pero no ha sido tan productiva pues tan sólo existen cinco películas frente a las 22 protagonizadas por James Bond. Sin embargo la saga de Harry Palmer tiene al menos dos cosas que nunca podrá tener 007.


1.- Todas han sido protagonizadas por Michael Caine.
2.- El personaje de Harry Palmer envejece a lo largo de esos 31 años.


El personaje que inspiró a Harry Palmer fue creado por el escritor Len Deighton en 1962, el mismo año en que se estrenó "Dr. NO". Pero al contrario que su elegante y seductor colega, es un agente miope con gafas de culo de botella, que vive en un vulgar apartamento y que le cuesta llegar a fin de mes. Las únicas pinceladas de refinamiento son que le gusta la música clásica y cocinar. Sin embargo este antihéroe atrajo la atención de los productores de las películas de 007, Harry Saltzman y Albert Broccoli, y pensaron que podían iniciar un nuevo estilo de películas de espías totalmente diferentes a las de Bond. Curiosamente, una gran parte del equipo que intervino en las películas de 007, también participó en "The IPCRESS File", incluyendo al compositor John Barry.


Lo más llamativo es que al hacer la película fue cuando nació el nombre de "Harry Palmer". En la novela de Leighton, nunca se dice el nombre del protagonista. Al parecer la idea surgió durante una conversación entre Harry Saltzman y Michael Caine. El primero preguntó - ¿Cuál es el nombre más soso que se te ocurre? - Y Caine respondió sin pensar - Harry. Inmediatamente se dio cuenta de la metedura de pata, pero Saltzman continuó - ¿Y el apellido más soso? - Caine recordó a un compañero de colegio y dijo - Palmer, Tommy Palmer. Entonces Saltzman remató - Pues ya está. Le llamaremos Harry Palmer. Lo curioso es que en un determinado pasaje de la novela el protagonista dice: Mi nombre no es Harry, pero en este negocio es difícil recordar si alguna vez lo fue.




"The IPCRESS File" ganó el premio BAFTA de 1965 a la mejor película y funcionó bastante bien en taquilla. Mucha gente consideró que era un relato bastante realista de como podía ser un agente secreto, y de hecho el personaje de Harry Palmer es alguien mucho más cercano al espectador medio que el superagente 007. En la película no hay paisajes exóticos y no sale ni un solo "gadget" de alta tecnología tan típico de las películas de Bond, y por supuesto no hay ni una sola "Chica Palmer".




Debido al éxito, al siguiente año llegó a las pantallas la segunda película de Harry Palmer. Se trataba de "Funeral in Berlin". La historia, aunque correcta en líneas generales, es más parecida a otras películas de espías ambientadas en la Guerra Fría, sobre todo en el aspecto de ir embrollándose la trama según avanza la película. Personalmente, lo que más me gusta de esta es que Harry Palmer no se cree que es un ligón de primera y por ello sospecha cuando la chica guapa de turno le quiere llevar al huerto.




En 1967 se estrenó "Billion Dolar Brain" y esto casi acaba con Palmer. Fue un fracaso en la taquilla, lo cual no es de extrañar. Creo que el principal error fue intentar hacer de Harry Palmer una alternativa a James Bond, pero con una trama estilo James Bond. El título hace referencia a un supercomputador controlado por un multimillonario tejano de extrema derecha dispuesto a hacer caer el comunismo utilizando su propia red de espías. La verdad es que a mi me suena mucho a Espectra. Pero lo que es imperdonable es la especie de parodia de "Alexander Nevsky" que contiene esta película.




Pasaron casi 30 años hasta que Michael Caine volvió a retomar el personaje de Harry Palmer. Esta vez para una producción de televisión titulada "Bullet to Beijing". En cierto sentido vuelve a ser una historia similar a la de "Funeral in Berlin" en la que uno no sabe de que lado están los personajes que van apareciendo. Pero al final uno acaba con la sensación de que esta viendo un mal remake de "Testigo accidental".




La última película (hasta el momento) protagonizada por Harry Palmer es "Midnight in Saint Petersburg". Y confieso que no la he visto. Por las críticas que he leído es una especie de anuncio turístico de la ciudad de san Petersburgo con una historia que es un remake de la trama de "Bullet to Beijing", aunque más simple para que la gente no se pierda. La verdad es que una nota de 5.1 en la IMDB no motiva mucho a verla.


Y la despedida. Nigel Powers, el padre de Austin Powers, es una parodia de Harry Palmer. Y es que hay personajes que envejecen muy mal.