domingo, 15 de junio de 2008

Crítica: A Scanner Darkly

Bueno, para que se hagan una idea, esta película la vi antes que la de Indiana Jones y es, por tanto, la penúltima película que he visto en mi vida. La vi en el segundo intento, porque en el primer visionado me dormí. Con eso no quiero decir que sea aburrida, sino que con este fin de curso voy un poco apurado y cansado. Pero venga, ya queda menos.

A Scanner Darkly es una película rodada con (grandes) actores de carne y hueso, en formato digital y luego animada. Es decir se colorea sobre las imágenes rodadas. A esto se le llama rotoscopia, cosa de lo que no tenía ni idea y eso que ya se utilizó para representar al príncipe azul de Blancanieves. Esa curiosidad fue la que me llevó a alquilar la película.

Pero vamos ya con...

A Scanner Darkly

Director: Richard Linklater.
Guión: Richard Linklater, Philip K. Dick.
Actores: Keanu Reeves, Winona Ryder, Robert Downey Jr., Rory Cochrane, Woody Harrelson.
Año: 2006.

Sinopsis

Dentro de siete años la cultura de las drogas ha invadido la sociedad. La misteriosa sustancia D hace que las mitades del cerebro dejen de trabajar conjuntamente, provocando que los individuos desdoblen su personalidad. El agente Fred tiene la misión de obtener información acerca de Bob Arctor (Keanu Reeves), quien dedica su vida a ponerse hasta arriba de drogas con sus amigos y su novia Donna (Winona Ryder). El problema es que el agente Fred, que trabaja de tola incógnito, ya no sabe quien es, ni quien es Donna, ni qué hace él con los amigos de Bob. Porque Fred también es adicto a la sustancia D y por tanto, nada es exactamente como parece...

Opinión

La historia está tomada de la novela homónima de Philip K. Dick, escita en 19771. Y por lo que leo en la wikipedia, el argumento de la película no se separa una coma del libro. Resulta curioso que, sin embargo, el universo distópico original se sitúe en 1994. Y es que, por largos que pongamos los plazos para que se cumpla el futuro, la realidad siempre se empeña en sernos demasiado cercana y aburrida.

Al margen de estas consideraciones, el futuro dibujado en A Scanner Darkly tiene toda la intención de parecernos real y cercano. Una sociedad, la de Orange County, más cansada y maltrecha, representada excelentemente por Bob Arctor, con mujer, hijas, que se descubre a sí mismo en una vida que no desea sin saber cómo ha llegado hasta ella y que sólo encuentra en las drogas y en unos colegas zumbados la emoción que necesita.

Porque los colegas están zumbados de verdad. Y resultan creíbles, lo cual es más extraño: pocas películas intentan transmitir los efectos de las drogas y acaban resultando creíbles. Aunque parezca mentira, el humor, triste, se desprende de esos momentos de subidón y lucidez química que proporciona el cuelgue: magníficos Robert Downey Jr, Woody Harrelson y Rory Cochrane, especialmente el primero, que adopta la pose de conspiranoico.

Por su parte, Winona Ryder interpreta a la novia de Bob, cocainómana, incapaz de desear sexo con el confuso protagonista, quien cada vez está más desesperado. La relación imposible entre ambos acabará con sorpresa.

A las actuaciones se le suma el uso de la rotoscopia, y creo que como recurso le viene al dedo a esta película. ¿Hasta qué punto es real lo que vemos?. Imagino la película rodada al modo tradicional y no puedo: el dibujo la sitúa lo suficientemente cerca para ser real en un universo distópico e inalcanzable. Al margen de esto, la calidad de las nuevas técnicas (muchas gracias, informáticos) convierten el visionado en toda una experiencia, nueva para mi.

Quizá la historia resulta un poco confusa, oscura como su nombre, y la trama se detiene a veces sin saber muy bien donde va. Al menos eso parece al espectador, al que amagan en una par de momentos un final que le dejaría clavado en el sofá diciendo '¿qué?'. Por suerte, la película se reengancha y ata todos los cabos antes de terminar. También se entremezclan algunas reflexiones... digamos peñazo. Pero se perdona porque uno sabe que vienen motivadas por el abuso de las drogas.

En fin que me costó un poco verla, pero no me decepcionó. Seguro que alguien me dirá que el libro es mejor. Qué se la va hacer. Todo no se puede.

Lo mejor: que uno se acaba creyendo a unos protagonistas que son dibujitos y que van completamente drogados. La cosa tiene mérito.
Lo peor: que, o uno tiene todas las neuronas despiertas, o no se entera mucho de qué va la cosa.
Mi opinión: que hay que agradecer a Philip K. Dick todo lo que ha regalado al cine. Aunque con ello hayan hecho cosas como Next.

1 Se ve que por aquella época el autor sufría de visiones (según la wikipedia, claro).
2 Hay un momento muy bueno, la narración de suicidio de Charles Freck (Rory Cochrane) transcrito completamente aquí. Si no tienen problemas con el inglés, eso sí.

domingo, 1 de junio de 2008

Crítica: Indiana Jones 4

Bueno, cómo está el patio. Ha llegado Mayo y el ritmo de publicación experimenta el bajón habitual propio de las épocas de exámenes. Por suerte, ha vuelto CPI y eso es motivo e alegría para los lectores de la familia Curioso Pero... si es que los lectores no están estudiando, claro está.

Yo también he dejado casi de ver películas, porque tiempo para todo no hay, qué se le va a hacer. Pero claro, en este mes, señalado por el regreso de too un clásico del cine de aventuras, he tenido que hacer una excepción. Por eso el fin de semana pasado agarré y marché para el cine dispuesto a ver todo un taquillazo. Así que vayan poniendo la música porque llega...

Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal

Bueno, esperen, la música la pongo yo. (Esta entrada se lee con banda sonora).

boomp3.com

Director: Steven Spilberg.
Guión: David Koepp, George Lucas.
Actores: Harrison Ford, Cate Blanchett, Karen Allen, Shia LaBeouf.
Año: 2008

Sinopsis

El profesor Jones vuelve a andar metido en líos. ¿Qué hace un comando de la KGB en el corazón de los EE.UU.? Es más: ¿qué hacen en un hangar secreto de la denominada Área-51?. El indio, aventurará usted. Pues sí, pero no es ese el caso. El caso es que una esotérica agente de Stalin necesita la 'ayuda' del afamado doctor Jones para encontrar el origen de una extraña calavera de cristal con misteriosas propiedades. Indiana Jones se verá forzado a participar, en contra de su voluntad, de una búsqueda que le llevará al corazón de la selva mesoamericana, en una increíble aventura donde deberá probar, ante su antigua novia y un chaval picajoso, que no está tan mayor como aparenta.

Opinión

Que en las películas de Indiana Jones (Harrison Ford) se tiran de la moto es algo por todos conocido. Y que en esta más, mucho más, también, porque es lo primero que te comentará alguien que ha ido a verla. Intentaremos obviar un poco este hecho y tratar de desmenuzar la película sin prestar atención al tema de la calavera1.

Indiana Jones es el 'HÉROE DE ACCIÓN' moderno por excelencia. Al menos el mío. Creo que eso debería estar fuera de toda duda. Porque John McLane, por ejemplo, (con 4 junglas de cristal a sus espaldas) no le llega a la suela de los zapatos: escupe, dice tacos, bebe y no tiene disfraz ni un arma tan chula como ese sombrero y látigo, sino que va repartiendo tiros como todo buen paleto. Los dos tienen, eso sí, un estilazo -incluso a la hora de recibir guantazos- que ya quisieras para ti. Y eso siempre anima a ir al cine.

Decía Steven Spilberg que sólo había creado dos personajes cuya silueta resultase inconfundible y que uno de ellos era Indiana Jones (el otro será Tiburón o E.T., supongo). Y eso es algo que en esta película explota a la perfección. Quiero decir que la película no es sólo una aventura de Indiana Jones, sino que se convierte también en una película sobre Indy. El personaje tiene mayor magnetismo que la cristalina calavera.

Y poco más. Bueno, mucho más, porque hay acción a raudales. Hay acción hasta cuando no tiene que haber acción. Porque, como dijo un compañero, ¿qué hacen los indios cuando no están esperando a que aparezca Indy y sus amigotes para salir en tropa tras ellos?. Ya los imagino, todo el día detrás de las piedras: ¿vienen ya?. Y el otro: No, que aún quedan 200 años. En fin...

En ese sentido hay escenas magníficas, como la lucha a espada sobre jeeps que surcan la selva amazónica como si nada. Y muchas cosas de ese estilo sin mucho sentido, como aparecer con una moto en la biblioteca para soltar una gracieta. Lo que hecho de menos es un poco más de humor, del carácter socarrón y un poco infantil de Indiana. Así como recuerdo frases magníficas de anteriores películas y momentos inolvidables, creo que esta película pasará más bien por mi memoria como pasó por el proyector: a toda leche y sin tiempo para reposar o razonarse.

De este modo, en mi opinión, desaprovechan a Marion Ravenwood (Karen Allen) la chica Indy que era capaz de tumbar a cualquier cosaco bebiendo. Y a cualquier otro sonriendo. Me parece que podría haber puesto el contrapunto a Indy de una manera mucho más trabajada. En la película se supone que nace algo entre ellos, pero por desgracia sucede tan rápido que no me di casi cuenta.

Por nombrar a los otros dos actores, el chaval Shia LaBeouf cumple con su papel de motero chuleta con peine y navaja. La mala (Cate Blanchett) es mala de verdad, pero, con ese aire psicomaligno yo no podía dejar de pensar en Fátima do Espíritu Santo, que también llevaba el pelo corto, pero que, además de mística, levitaba y estaba más buena -este es un blog de opiniones- que la elfa reconvertida a soviética.

En fin: encontré lo que buscaba. Tiene todo lo que debe tener una película de Indiana Jones: aventura, indios, balas y flechas, jeroglíficos y entradas secretas, humor y alguna dosis de misterio. Y el mapa ese que recorren mientras vuelan. No tiene todo en las proporciones que a mi me hubiese gustado, pero qué se le va a hacer.

Y sobretodo tiene música. Porque Indiana Jones no sería lo mismo sin su música. Salimos del cine y más de tres personas canturreaban la melodía. Caminamos por la calle y la gente la iba cantando. La película no sería tan buena sin su música. Si no me creen hagan la prueba: vuelvan a leer esta entrada sin darle al play y verán como el post no es tan maravilloso como habían pensado.

Lo mejor: ¡que es Indiana Jones, leñe!
Lo peor: mucha aventura pero poca profundidad y misterio.
Mi opinión: sólo escuchar la música ya vale la pena...

1 Para proseguir con el tema magufo, les dejo en manos de un experto en estas tonterías.