Crítica: La habitación de Fermat
Bueno, hoy toca ración de cine español. Debo admitir que tengo una cuenta pendiente con este "género". Yo con el cine soy bastante apátrida y, la verdad, por más películas que pongan en cartelera o videoclub, si el trailer no me llama o la película no ha sido puesta muy por las nubes, pues no veo motivos para gastarme el dinero en una peli y no en cualquier otra, por muy española que sea la primera.Hago aquí un inciso, porque las últimas veces que he comentado que yo soy habitual del videoclub, mis compañeros me han mirado con cara rara. Bueno, para ellos el raro era yo, pagando por algo que se puede conseguir tirando de la mula. Por la edad de la gente que va al videoclub, la verdad, no les auguro muchos años más de funcionamiento.
Pero volvamos a la película, que fue promocionada como una más de las películas del nuevo cine español, alejadas de la vulgaridad del cine de los 70 (revivido en los 90 por Santiago Segura) y de los estereotipos de la EspañaProfunda de Almodovar.
Ya hizo el compañero Jess una entrada sobre esto mismo. En principio, fijar la vista en otro tipo de cine se presenta como atrayente. Otra cosa es que luego las películas sean buenas. La habitación de Fermat se nos presenta como un thriller al estilo de Cube, donde el terror se presenta de forma inexplicable, aderezado con algo de lógica y matemáticas. Pero para ver como sale el invento, vayamos ya a la crítica en sí...
La habitación de Fermat
Director: Luis Piedrahita, Rodrigo Sopeña.Guionistas: Luis Piedrahita, Rodrigo Sopeña.
Actores: Alejo Saura, Lluís Homar, Santi Millán, Elena Ballesteros y Federico Luppi.
Año: 2007.
Sinopsis
4 brillantes matemáticos son citados por Fermat (Federico Luppi), misterioso desconocido, en una atípica convención, que se desarrollará dentro de una sala. La reunión tiene como objeto plantear el mayor enigma matemático jamás propuesto. Sin embargo, los invitados pronto descubrirán que el reto es mucho mayor: si no son capaces de resolver todas los acertijos que se les propone, encontrarán la muerte en la propia habitación, convertida en menguante por obra y gracia de la ingeniería. Los atrapados matemáticos deberán bucear entre la lógica y sus relaciones personales para encontrar la salida de la habitación de Fermat. ¡Chantatachan!
Crítica
Vale, buen planteamiento. Ahora, ¿qué debe tener esta película para que sea buena?. Pues, además de las interpretaciones, que han de ser creíbles, uno se espera de una película de este tipo sorprendentes giros argumentales y excitantes acertijos matemáticos. Por ejemplo que el malo sea más listo que nadie: que engañe al resto de personajes y al propio espectador, a la vez que los supere en destreza matemática... hasta que algún bueno, en un sorprendente giro argumental, demuestra saber más matemáticas y hallar la salida de la ratonera. Eso esperaba yo, vamos.
La película intenta todo eso, pero a mi juicio no lo consigue. Alejo Sauras, por ejemplo, no me resulta creíble en ningún momento como genio juvenil. En cambio encuentro sorprendentemente bien a Santi Millán en su papel de matemático aplicado. También muy bien, en mi opinión, Lluís Homar y Federico Luppi, en su corto papel.
En cuanto a los giros argumentales, no hay para mucho. Los matemáticos no parecen matemáticos. Era más racional hacer aparecer a cuatro personas en una habitación por arte de magia que el modo en el que son convocados y acuden. Una vez están dentro, la cosa se ve reducida a saber quién de los cuatro es Fermat, pues se ve pronto que el autor del diabólico plan se encuentra en la habitación. Al modo de los Diez negritos. Aparecen entonces algunas relaciones inesperadas entre los cuatro desconocidos, pero luego no tienen ninguna trascendencia sobre la película.
Otro buen planteamiento del film era la relación entre todo lo que estaba sucediendo en la habitación y el incomprensible robo de la demostración de... La Conjetura de Goldbach (que ya es apuntar alto), supuestamente probada por Galois (Alejo Sauras). La cosa tampoco sorprende demasiado.
Lo que no tiene perdón es la simpleza de los acertijos, con lo sencillo que es bajar al Corte Inglés y comprar un libro de juegos de lógica. Varios de los que aparecen son sobradamente conocidos y otros ni siquiera involucran al lector, que no va a ponerse a resolver ecuaciones mientras ve la peli. Es realmente decepcionante.
Y así pasa la película, que no se resuelve con un brillante ejercicio, sino golpeando la pared. ¿Y tanta tontería para eso?.
En fin, lo mejor que se puede decir de la peli es que lo intenta, le pone ánimos y que, con un poco más, se podría haber conseguido una película realmente interesante. De este modo no pasa del entretenimiento.
Lo mejor: Pues mira, me quedo con el papel de Santi Millán.
Lo peor: Los acertijos, sin duda, y una escasa credibilidad de toda la historia en general.
Mi opinión: Prometía, pero yo le doy un aprobadillo.





















